El liderazgo en los grupos sociales es algo que viene del comienzo de los tiempos. Sirvió como un elemento de orden y supervivencia y hasta el día de hoy, en casos extremos, sigue funcionando para la misma función en situaciones de crisis (por ejemplo, en el terremoto del 27 de febrero en Concepción).
¿Pero, existen verdaderamente esos líderes naturales, personas que en dos semanas o un poco más tienden a generar confianza y a influir en las personas de este grupo para luego orientar el accionar de todos en fin de “un bien común”?
Según la teoría de Schutz sobre inclusión, control y afecto, y como se explicó en la entrada anterior, resulta relativo generalizar un mismo comportamiento de una persona en distintos grupos sociales, ya que la mayoría tiende a cambiar su comportamiento de acuerdo a la comodidad que siente al incluirse.
A mí parecer, sólo se podría hablar de líderes naturales en un contexto de crisis, en un ámbito de necesidad de liderazgo urgente, personas que se sienten capaces de dirigir un grupo CUANDO NADIE LO QUIERE HACER, que no temen dar su opinión y ofrecer soluciones, cuando SOLUCIONES ES LO QUE MENOS PARECE HABER. Además, es en ese momento cuando los líderes cobran real importancia, ya que sin la aparición oportuna de ellos lo más seguro es que le siga el caos a la situación y se desestabilice el grupo social, ya sea fraccionándose naturalmente o generando rencillas en su interior.